Ciudad de México, 12/08/24 (Más / IA).- Luego de asegurar su reelección como dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno abrió la posibilidad de iniciar un proceso de expulsión contra aquellos que criticaron su intención de permanecer en el cargo por otros cuatro años.
Dulce María Sauri, Enrique Ochoa Reza y Pedro Joaquín Coldwell, todos ellos expresidentes nacionales del PRI, han sido señalados por Moreno tras criticar su reelección para el periodo 2024-2028.
Durante su discurso, Moreno confirmó que hay solicitudes de expulsión presentadas ante los órganos del partido contra quienes han llevado a cabo lo que él considera una campaña de calumnias y difamaciones.
“En su momento se le dará trámite”, afirmó Moreno.
El conflicto entre Moreno y los exdirigentes se intensificó hace tres meses, cuando los expresidentes del PRI manifestaron su desacuerdo con la reelección de Moreno.
Dulce María Sauri fue particularmente crítica, señalando en una entrevista que la gestión de Moreno, iniciada en 2019, ha llevado al PRI a sus peores resultados electorales, pasando de 12 gubernaturas en 2019 a solo dos en 2024, y reduciendo drásticamente su representación en el Congreso.
Moreno no ha dejado sin respuesta estas críticas. Durante el proceso de su reelección, realizó reformas a los estatutos del partido y advirtió que podría emprender acciones legales contra los priistas que lo atacaron públicamente.
Tras ser reelecto con 440 votos (97 por ciento de los apoyos del Consejo Político Nacional), Moreno sugirió que la expulsión de sus críticos es una opción que podría concretarse.
Durante los últimos meses, Moreno ha culpado a las administraciones pasadas del PRI por los fracasos electorales recientes, reviviendo viejos escándalos de corrupción para poner en la mira a los exdirigentes que lo critican. Ha mencionado el asesinato de Luis Donaldo Colosio en 1994, relacionado con Manlio Fabio Beltrones, y el caso Pemexgate, un escándalo de desvío de fondos en el que estuvo involucrado el PRI durante la dirigencia de Dulce María Sauri en el año 2000.
Dulce María Sauri respondió a las amenazas de expulsión indicando que cualquier intento de sacarla del PRI será combatido. En una entrevista reciente, señaló que Alejandro Moreno está acostumbrado a atacar a sus adversarios, pero advirtió que en esta ocasión no cederá.
“Por mí, yo me quedo en el PRI, no me voy a ir a ningún otro partido”, afirmó Sauri.
Tras su reelección, Alejandro Moreno anunció planes para una reforma profunda del PRI, con el objetivo de revitalizar al partido y devolverle su protagonismo en la política mexicana. Moreno adelantó que la reforma incluirá cambios en las ideas, la estructura, la organización y las relaciones con la sociedad y otros actores políticos. Si bien no detalló en qué consistirá esta reforma, insistió en la necesidad de unidad dentro del PRI para llevarla a cabo.
Moreno también anunció que se realizarán reuniones en todo el país para escuchar a las bases priistas y definir los cambios que se necesitan para el futuro del partido. Aunque no especificó los aspectos concretos de la reforma, reiteró su llamado a la unidad y al reconocimiento de la diversidad dentro del PRI.