Prevalece tensión nerviosa en la consulta de mayor demanda
Por Javier Claudio
El estrés o tensión nerviosa, derivados de los problemas económicos, de tipo familiar laborales, escolares o bien la separación de la pareja o el divorcio, son consideraos como las causas principales del insomnio o estrés.
De acuerdo a la información del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el buen sueño estaría asociado a este problema, por lo tanto, las recomendaciones para conciliar el sueño, son: determinar un horario para dormir, clima adecuado en la habitación, usar ropa holgada de algodón y cenar algo ligero antes de las ocho de la noche
De acuerdo a información aportada por la Unidad de Medicina Familiar (UMF) N.° 78 del IMSS de Nuevo Laredo, entre las principales causas del insomnio se encuentran el estrés, los problemas escolares, laborales o económicos, la pérdida de un familiar, la separación de la pareja o el divorcio y todo evento traumático asociado a depresión; la mayoría de los casos se presenta en jóvenes y adultos mayores.
Cita la circular que la ansiedad o estrés, los problemas en las relaciones interpersonales y la reducción en la productividad, así como la sensación de cansancio constante y la pérdida de la libido, pueden ser problemas vinculados al insomnio, el cual se calcula que la mitad de la población lo ha padecido en alguna etapa de su vida, dijo.
Durante el sueño se lleva a cabo la producción de hormonas que ayudan al descanso y a la recuperación física, y pasa por tres etapas, “la primera es la vigilia –el estado de alerta-, la segunda son los movimientos oculares rápidos –en los que se da el proceso hormonal y por último el sueño profundo, etapa en que se descansa”, señala el boletín.
Existen dos tipos de insomnio, el agudo, que desaparece cuando se logra resolver el asunto que les preocupa a las personas, y el crónico, cuando no se tiene una solución y se convierte en un insomnio psicofisiológico, pues la mala calidad del sueño deteriora la salud, ya que el organismo requiere de entre seis, ocho y hasta diez horas de sueño -de acuerdo a la edad- para obtener un descanso físico adecuado.